Cactus y Crasas
Existen diversas especies de cactus y de formas muy variadas, globulares, cilíndricos, columnares, con espinas y sin ellas, rastreros o enredaderas; se adaptan
con gran versatilidad y requieren de pocos cuidados especiales, aunque en algunos casos si los requieren.
Crecen y se nutren en suelos de buen drenaje y livianos, lo que favorece la absorción del agua a través de sus raíces que son las que generalmente actúan como grandes reservorios al igual que sus tallos.
Las crasas o suculentas, son de hojas y tallos carnosos, lo que presenta una imagen más simpática y voluptuosa, y al igual que los cactus almacenan agua en sus hojas para épocas de sequía en climas desérticos. Estas requieren el mismo cuidado que los cactus, y su crecimiento es generalmente mucho más rápido que ellos.
Se recomienda regar la planta con una dilución de fungicida una vez por mes durante el verano y épocas de plena actividad y por lo menos cuando empieza y termina la hibernación.
En cuanto al riego debe tenerse ciertas restricciones y cuidados, una señal inequívoca de la necesidad del riego es la sequedad del sustrato. No están acostumbrados a soportar ambientes de mucha humedad en el aire, por lo que se deben disponer en lugares secos y soleados. En general el riego en época calurosa es semanal y en épocas frías mensual, aunque siempre deben verificarse las excepciones.
En cuanto al riego debe tenerse ciertas restricciones y cuidados, una señal inequívoca de la necesidad del riego es la sequedad del sustrato. No están acostumbrados a soportar ambientes de mucha humedad en el aire, por lo que se deben disponer en lugares secos y soleados. En general el riego en época calurosa es semanal y en épocas frías mensual, aunque siempre deben verificarse las excepciones.
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